jueves, 5 de noviembre de 2009

De ancianos, niños y amas de casa.


Lo primero daros a tod@s la bienvenida a esta nueva faceta del blog, como algun@s ya sabéis y habéis podido comprobar, yo soy de esas personas a las que les gusta sacar punta a casi todo y darle una chispa de humor, así que he decidido cambiar mi blog y dejarlo para tal fin.


¿Qué decir sobre las relaciones entre ancianos, niños y amas de casa? Supongo que cada uno tiene su propio punto de vista, también dependerá de la edad y el sexo de la persona de su bagaje personal, etc...

Mirándolo desde la perspectiva del ama de casa, es un ir y venir de experiencias y sentimientos contradictorios. Intenta ser el equilibrio entre los otros dos sujetos, en su experiencia frente a estos, descubre cosas, que si bien le servirán más adelante en su vida, no dejan de sorprenderla. Descubre que entre un niño de 2 años y un anciano de 82 las diferencias no son tantas:

En cuanto al lenguaje no queda claro a cual de los dos entiende mejor, los dos buscan constantemente la atención del ama de casa, lo que cambian son los juegos a los que cada uno de ellos quiere jugar, el niño prefiere los juegos físicos, el anciano más, las cartas el parchís, las damas y demás, el anciano cuenta sus batallitas constantemente da igual las veces que su interlocutor las escuchara con anterioridad, el niño se preocupa por batallar una y otra vez con su madre respecto a algunos temas da igual las veces que lo hayan discutido antes. Los dos siguen fielmente las leyes de Murphye, siempre eligen el peor momento para necesitar de la atención del ama de casa. En el momento en el que el libro que está leyendo está en el momento mejor, a la hora de su programa o serie favoritos...

Por cierto ahora, que hablamos del tema de la televisión, me viene a la mente, como el resto de la familia, viva en la casa o no, toma parte en esta difícil relación social, el ama de casa se obliga a ver los programas y DVD favoritos del niño claro, se sabe todas las canciones y hasta los diálogos, por si esto fuera poco se ve obligada a ver los programas preferidos del anciano, como ejemplo pondremos El diario de Patricia y la ruleta de la suerte, a finales de este último intenta dormir al niño, pero los impulsos naturales del anciano, hacen que no pueda evitar comentar el programa con el ama de casa de una habitación a otra.- "¡Ha caído en los 1000! A ver si dice una letra que esté mucho. Y como siempre ateniéndose a las leyes de Murphye lo dice a grito pelado en el momento en el que el nene está cogiendo el sueño. Luego viene la Tía del ama casa, la hija del ancian@, que ve agobiada al ama de casa y con una mala leche que no veas y le dice es que vas con horarios y eso es por culpa de Gran Hermano. Ya es lo que le faltaba por oír, y piensa, no si eso me pongo la casa de Mickie Mouse, no te digo.

El caso es que esto y otras muchas cosas le llevan a pensar que a los 80 no se cambia y que los niños, niños son, así que ajo y agua y seguir poniendo equilibrio.

Desde el punto de vista del anciano, el ama de casa es una cría y el niño un mocoso, a los que quiere con toda su alma, pero que parecen pensar que ya chochea. Claro es que se piensan que ya estoy mayor, piensa en su fuero más interno. Y diréis vosotros, joer como pueden por Dios si solo tiene 80 años, ¿Cómo se les ocurre pensar tal cosa? Eso es algo que me hace mucha gracia, cuando te preguntan, ¿qué edad tiene tu abuela?
y contestas 82 y te dicen ah pues es joven. Joer es joven, madre mía y ¿a qué edad hay que esperar para ser mayor?

Como decía para el anciano, el niño, es riquísimo y una alegría de vivir, pero el anciano tiene mucha prisa porque el niño le entienda y tenga ya 8 o 10 años para que lo haga todo perfecto, el tiempo para el anciano pasa muy lento a corto plazo y muy rápido a largo plazo, vamos un Show. En algunos casos el anciano no admite bajo ningún concepto que ya no ve y no oye igual que antes y que la cabeza a veces le juega malas pasadas, esta no aceptación es dura para todos, pero ya se sabe siempre es bueno tener niños delante para echarles la culpa. Sin embargo el entendimiento entre niño y anciano a veces es tal que asombra.

Desde como lo ve el niño, pues tampoco es que se pueda decir mucho, más bien nos lo podemos imaginar ¿no? Teniendo cuenta que el niño tiene dos años, pues a él lo que le importa es satisfacer sus necesidades y que no le contrarien mucho, ya se sabe que ha estas edades se creen el ombligo del mundo y se piensan que no hay más que lo que les rodea en cada momento y que todo vive para ellos. No os dejéis confundir por su edad y tamaño, ellos siempre están alerta, están vigilando la distracción del resto de familiares para hacer cualquier cosa de las que sabe bien no se le dejan, son grandes manipuladores, saben muy bien como hacerte reír en plena regañina etc... También piensan que su madre tiene el control sobre la televisión y piensan de ella que es la culpable de que sus dibujos animados acaben y no vuelvan a empezar, emprendiendo contra ella una rabieta de escandalo, por eso para ellos el mando de la tele es tan importante, cuando consiguen atraparlo sin ser frustrados, y consiguen cambiar de canal se sienten poderosos. En principio su relación con el ama de casa y madre suele ser la de cualquier niño, con ciertos matices dados por la presencia de una persona 80 años mayor. El niño sabe muy bien que sus lloros o rabietas hacen mella mucho antes en dicha persona con lo cual si esta esta presente, el persiste y la mira cada 5 segundos aproximádamente, inquiriéndola a que diga algo al ama de casa que se niega a ceder. Entre el niño y el anciano hay un algo especial, sabe que no le puede coger en brazos y que no puede jugar con el de la misma forma que el resto de familia y como si de una adaptación natural se tratase el niño se adapta a las necesidades de la persona mayor cuando quiere pasar tiempo con ella. Eso si, si decide enfadarse, el cabreo será igual de brutal que con una persona joven.

El caso es que al final, ninguno de ellos puede vivir sin los otros dos, se quieren se cuidan y se fastidian juntos, vamos, como en las mejores familias.